"Pero aquí, a la intemperie de mi propio cadáver, / en mis sienes de musgo, / en mi brazo de ausencias, / en mi canto de humo, / en mi cuerpo vacío de cuchillos y llamas, / veo cómo despiertan las corolas del aire, / cómo encienden los átomos su eslabón infinito / en el sueño de todos, en el beso de nadie."