MARIO J. LATTUADA / JUAN MAURICIO RENOLD
Desde un punto de vista funcional, las cooperativas agrarias han podido cubrir diversas actividades, necesidades o servicios, tales como el aprovisionamiento, la producción, la transformación y la comercialización. No obstante, el sistema cooperativo de finales del siglo XIX, que tuvo un importante desarrollo dentro del modelo de sustitución de importaciones; en la década de 1990 ya no podía ser percibido como un instrumento adecuado para competir en forma eficiente en el escenario contemporáneo. Distintas experiencias internacionales desarrolladas durante las dos últimas décadas del siglo XX orientaron acerca de la dirección a seguir y, al mismo tiempo, determinaron en el movimiento cooperativo una situación de crisis: un estado de cambios profundos en la organización así como la puesta en debate de principios fundacionales de su doctrina.