Al leer los poemas homéricos, miles de veces hemos visto las figuras fememinnas de la Iliada y sobre todo de la Odisea, Afrodita, Hecate o Penélope, a las que Homero da vida, interpretadas por prototipos de mujeres: la madre, la que espera, la sensual. Pero el problema que ahora queremos plantear es si esos contrastes de tipos ideales representan solamente la voluntad, la necesiadd literaria de expresión del creador de los poemas o bien esas figuras representan, además de forma real, distintas sociedades en las que la relación entre los dos géneros, femenino y masculino, responde a disatintas pautas y corresponde a diversas estructuras mentales, antropológicas y distintas bases de desarrollo económico.
Ana Fraga, al situarlas en el entorno social, político y económico, supone el precedente histórico y simbólico de la conformación de la ideología represiva que en el actual mundo accidental existe sobre la mujer.