Bestial y refinado, curtido por una miríada de flashes la oscuridad no es más que la retina en proceso, danzante y reubicado en cualquiera de sus no-formas, sea naKhlah Khan, ná Khar Elliff-ce, naKh ab Ra, Elina Khar (*, naKaZar, NaKaZahara, naKhaB, Karel Nu, incluso Khatarnak & Khabandar y tantas de las otras que fueron o serán, quien escribe desenmascarándose sabe, como Alan Moore, que el gran acto mágico es decidir si vas a vivir en tu propia ficción. No existe magia (flujos de conjuro) sin palabras: alfabetos reordenados por los sueños, visiones tan apócrifas como labios en llamas. (
) ¿O acaso por alguna otra sinrazón mientras sigo las frases vuelvo a escuchar ese continuo de sonido que György Ligeti denominó Atmosphères? Légkör, en húngaro: el ambiente, la gélida temperatura de los soplos souffles que Pierre Klossowski enseña en las radiaciones de su Baphomet
Rafael Cippolini