Las colinas de hambre de Rosa Wernicke (Premio Municipal de Literatura Manuel Musto 1943) es una de las primeras novelas argentinas que trata el tema de las villas miseria. Para escribirla, Wernicke se instaló en el barrio de Mataderos (hoy conocido como La Tablada) hacia fines de la década de 1930, recorrió sus calles y el vaciadero municipal, tomó apuntes, conversó con los vecinos y sacó fotos que sirvieron a Julio Vanzo para realizar las ilustraciones. La obra se propone como denuncia de una realidad social tan oculta como indeseable, y a la vez como alegato, como invocación a la sociedad en su conjunto para que sin dilaciones la repare. Denuncia de las injusticias. Alegato a favor de aquellos que las padecen. Wernicke ha sabido sacarle el máximo de provecho a la "superstición documental" que funda la variante del realismo social urbano cultivado por la escuela Boedo y hace de la literatura, de la novela, testimonio del presente de la historia, documento de la época.
Analía Capdevila.