La preocupación de la antropología por la organización de las relaciones sociales ha sido la de entender el poder. La idea de que los seres humanos están sometidos a poderes que pueden emanar de diferentes principios, como las divinidades, la naturaleza, los antepasados, ha derivado en el interés por los mecanismos que las sociedades han establecido para entender, proteger y respetar dichas prescripciones. De manera temprana, con el objeto de entender estos dispositivos, las investigaciones han puesto atención en relaciones de otra naturaleza, en el poder político que busca controlar, intermediar y administrarlos poderes con fines específicos, con la búsqueda de legitimación y con su reproducción.De aquí surge la fascinación de la antropología por conocer el origen del Estado como una organización política estructurada y centralizada. Esta estructura sustituye el estado de naturaleza por una organización sometida a la voluntad de los hombres ligados por un contrato, un orden que al inicio está regido por relaciones de parentesco y luego por la propiedad y el predominio de la territorialidad.