Palestina es más que un territorio marcado por la ocupación; es un latido persistente, una herida abierta y, al mismo tiempo, un refugio de belleza discreta pero indómita. Estos cuadernos de viaje nacen de estancias prolongadas de la autora en Cisjordania entre 2007 y 2011, y una visita en 2015, vistas bajo la luz de las más recientes erupciones de violencia. El cielo está incompleto entreteje narrativa, crónica, verso, teatro, crítica del arte y cine, teoría e historia. Es un collage de perspectivas y géneros literarios, una sinfonía de voces convertida en testimonio colectivo, donde el dolor de la opresión convive con la calidez de la hospitalidad, la poesía de la resistencia y la dignidad de un pueblo que se niega a desaparecer. Con la mirada atenta y una pluma conmovedora, la autora nos invita a recorrer con ella las calles de Ramallah; reconstruye para nosotros las llanuras de Cisjordania, los cerros de tierra roja, los campos y olivares que parecen enraizar a los palestinos en su tierra. Las torres de control y los muros del apartheid no logran contener el olor del café árabe, la alegría nocturna de los bares, la complicidad y resiliencia de quienes se convertirían, para la autora, en amigos entrañables.
Esta edición actualizada resuena con más fuerza que nunca y nos recuerda que Palestina no es solo sufrimiento, sino también cultura, memoria y lucha inquebrantable. Más que un diario de viaje, Gardi Emmelhainz nos brinda una reflexión sobre ¿cómo acercarse y hablar en nombre de los otros y sus causas políticas?, ¿desde dónde mirar, procesar y compartir su dolor?, así como un acto de solidaridad y un homenaje a quienes, contra todo pronóstico, siguen soñando con la libertad. Su relato es tanto una denuncia necesaria como una carta de amor a la tierra palestina y a quienes la habitan.