En este arriesgado trabajo de crítica cultural, Ann Cvetkovich desarrolla un enfoque queer del trauma. Destaca la importancia de reconocer y archivar narraciones del trauma que pertenecen tanto a lo ordinario y a lo cotidiano como al ámbito de la catástrofe. Un archivo de sentimientos plantea que el campo de los estudios del trauma, limitado por una división demasiado estricta entre lo público y lo privado, ha dejado de lado las experiencias de las mujeres y de las personas queer. Cvetkovich rechaza las visiones patologizantes del trauma que predominan en los discursos médicos y clínicos sobre este tema, y en su lugar desarrolla un enfoque positivo hacia el sexo que está ausente incluso en la mayoría de las obras feministas sobre el trauma. La autora cuestiona este ámbito para implicarse decididamente en el trauma sexual y en el amplio abanico de sentimientos que lo rodea, incluyendo aquellos que se asocian al sexo butch-femme, al activismo y al cuidado de las personas con sida.
Un archivo de sentimientos reúne historias orales de activistas lesbianas militantes de ACT UP/Nueva York; análisis de textos literarios de Dorothy Allison, Leslie Feinberg, Cherríe Moraga y Shani Mootoo; vídeos de Jean Carlomusto y Pratibha Parmar; y performances de Lisa Kron, Carmelita Tropicana y los grupos Le Tigre y Tribe 8. Cvetkovich nos descubre cómo el activismo, la performance y la literatura generan culturas públicas que afectan al trauma y transforman sus condiciones de producción. Gracias a esta mirada cuidadosa de las conexiones entre la sexualidad, el trauma y la creación de culturas públicas lesbianas, Cvetkovich convierte estas experiencias que habían sido expulsadas a los márgenes de la cultura del trauma en los principios para definir una nueva construcción del trauma sexual, donde el trauma funciona como un catalizador para la creación de archivos culturales y de comunidades políticas.