Hasta ahora, la literatura sudcaliforniana no había contado con un libro de relatos eróticos cuya intención fuera terminantemente incómoda. ¿Cómo exponer tanta intimidad del propio cuerpo, de los deseos y las ilusiones de amor corporal sin descender a una estética machista? En Penny Black encontramos un libro de once relatos que se completan mutuamente, sondeando la profundidad de la carne, en un estilo epistolar, fragmentario y delicioso. En ellos Marisabel Macías ha conseguido una conjunción de sentimientos dulces y ásperos, áridos y acuáticos, universales, en los que puede encontrarse la complejidad intrínseca de toda mujer y la supina ignorancia (por lo común) exhibida en todo hombre que cree poder simplificar lo femenino.
