Ese experimento confesional es este libro: una voz cantante que nos presenta el calidoscópio de una vida y una música ejecutadas hasta la médula, que nos conduce desde las nieves de Ontario a los edenes hawaianos pasando por las calles alucinadas de Los Ángeles en los albores de la gran turbulencia. Estamos, pues, ante el relato de un viaje inenarrable o, como afirma un crítico perspicaz, ante «la historia del rocanrol abierta en canal, en primera persona y en presente de indicativo».