"El primer hot cake siempre sale un poco raro": esta frase es la premisa de la primera antología, que se da a la tarea de reflexionar, en conjunto, lo que significa ser una Mayora. Porque exponer nuestra manera de ver el mundo y dialogar con más primogénitas sobre el papel que se nos impuso es un lujo que (entre pañales, juguetes rotos, historias que no nos representan y culpas heredadas) no hemos logrado darnos.
Algo de esa responsabilidad suprema, excesiva para una niña, se coló a lo profundo de nuestras raíces y nos obliga (aún ahora) a resolver, a tomarnos demasiado en serio, a aterrorizarnos ante la idea de fallar. Mayoras 1: el primer hot cake brota como un esfuerzo colectivo por cuidar con palabras a esa que jura que "no necesita nada". Atravesar sus páginas se siente como tomar una taza de té caliente o como un meme de gatitos que frena la crisis de ansiedad. Y es que, sin importar el número de hot cake que seas, el mensaje de las Mayoras prevalece: todxs merecemos una buena cantidad de lechera y mermelada, así toque echárnosla nosotras mismas.
Renée Sabina