La medicina decimonónica, dio origen a una cadena simbólica que vinculaba estrechamente sexo, género, prácticas sexuales y orientación sexual. Desde esta nueva perspectiva, que pronto calaría hondo en la sociedad, se excluía primero y patologizaba después a quienes quedaban fuera de este orden natural de las cosas, categorizándolos como desviados o perversos, enfermos en definitiva. En este libro, la antropóloga Olga Viñuales hace un repaso crítico de aquellas Investigaciones que durante el siglo XX mostraron la falsedad de este orden simbólico que tanto ha influido en nuestra manera de categorizar el cuerpo, construir el género y las identidades sexuales, y que conducía a considerar determinadas prácticas sexuales como más sanas y recomendables que otras. Homofobia y lesbofobia, entendidas como una serie de prejuicios que sancionan negativamente a quienes se desvían del modelo reproductor hegemónico, son las primeras consecuencias nefastas de esta cadena simbólica. Esta actitud no es exclusiva del mundo heterosexual, sino que incluye también a muchos gays y lesbianas que la interiorizan desde la infancia y les lleva a pensarse a sí mismos como radicalmente distintos, como transgresores de unas supuestas leyes naturales destinadas a la reproducción de la especie y de un determinado orden social.