Los horrores del terrorismo de Estado en nuestro país resultan incontables. Este libro se sitúa en la línea de las singulares contribuciones para comprender el significado de las afrentas sexuales a prisioneras y también de los caminos abiertos por la perspectiva generizada en el ámbito de la administración de justicia. La autora ha hecho un detallado relevamiento de los padecimientos de un conjunto de prisioneras con foco en el área cuyana, lo que aumenta el valor del aporte. Se ha empeñado en evidenciar que la situación de cautiverio en buena medida aumentó la venia legitimante para poseer los cuerpos que los torturadores creían les pertenecían. Se trató de un plan sistemático cuya clave se encuentra en el dominio patriarcal que confirió, hasta época reciente, la salvaguarda de impunidad.