El cambio progresivo de la vida cotidiana de la mujer y su marcada influencia en las decisiones que se derivan del mismo la han convertido en centro de atención de políticas estatales y de los partidos políticos. Los avances reflejados en las leyes y programas con perspectiva de género n son hechos causales ni sólo decisiones del gobierno de la Ciudad de México o individuales, sino que es un logro de las mujeres y sobre todo del movimiento feminista por su presión en las diferentes actividades y movilizaciones que han desarrollado a lo largo de nuestra historia para que se tomen en cuenta las especificidades de las mujeres. De ahí que resulta apremiante impulsar una cultura política sobre equidad de género y la no discriminación de la mujer, además de implantar política pública con esta perspectiva en los estados de la República Mexicana.