Ensordecedor y embriagante, Mayo del 68 nos gritaba con fuerza: 'Sous les pavés, la pierde...' pero nuestras uñas se rompieron de tanto cavar bajo los adoquines y nunca encontrarnos la playa... ¿Acaso debernos renunciar a arrancar los adoquines? No, por supuesto, pero sin albergar ilusiones sobre lo que nos ocultan.