Las peleas de pandillas en los Estados Unidos se dejan de lado para luchar por un objetivo común: el racismo, la injusticia social y la fuerza autoritaria, pero ¿cuánto pueden Creeds and Bloods dejar de lado su orgullo en busca de una protesta colectiva? La violencia se extendió desde los barrios marginales de Los Ángeles en 1992 como resultado de los excesos policiales durante el arresto del afroamericano Rodney King. Reprimida por la Guardia Nacional después de seis días, la protesta dejó 63 muertos, más de 2000 heridos, 7000 incendios y daños en 3100 establecimientos. En las páginas de Hot L.A., Horacio Altuna ofrece a los lectores cuatro historias cortas, brutales y conmovedoras que revelan cómo el conflicto racial trasciende las diferencias entre blancos, negros, latinoamericanos y orientales para dejar a la vista los matices en un ambiente permeado por la violencia.
