Antes de nacer, en cuanto el ultrasonido vaticina la forma -aún inconclusa- de nuestro sexo, se nos asigna un género. Nuestros padres, convencidos de que conocen lo más importante acerca de nuestra identidad, empiezan a buscar un nombre, nos compran ropa azul o rosa, y llenan nuestra habitación de objetos con los cuales machacarnos durante toda la infancia que deberíamos comportarnos de una u otra manera: manejar un camión de bomberos, jugar a las muñecas. ¿Qué ocurre cuando un niño nace con un sexo doble o ambiguo, si más adelante se da cuenta de que no es lo que quieren hacerle creer o si se niega a cumplir con el rol que le asignaron? ¿Cómo sería nuestro mundo si en vez de nombres como Augusto o Soledad nos dieran conjuntos de letras, imágenes como "nube sobre el lago" o "brasa en el fuego", como hacían otras civilizaciones, y nos dejaran a nosotros mismos decidir qué género elegir o inventarnos?
Este número recoge una conversación urgente y apasionante que desde hace años recorre el espacio público, un tema delicado puesto que por una parte pone sobre la mesa la experiencia de personas que han sido víctimas de discriminación y rechazo, y por otra porque el concepto de género se encuentra en un proceso profundo de redefinición. Por eso pedimos la asesoría de universitarios y conocedores de la materia a quienes agradecemos su paciencia y ayuda. Nuestro propósito fue reunir una pluralidad de voces y testimonios para contribuir a este importante debate. ¿Son necesarias las siglas LGBT+? ¿Qué está pasando actualmente con los géneros? ¿A qué peligros se enfrentan las mujeres? ¿A quiénes incluye la lucha feminista? ¿Cuáles son los inconvenientes de la masculinidad hoy en día? ¿Qué relación tiene el género con los derechos humanos y civiles?
En una entrevista hecha especialmente para esta edición, Judith Butler insiste en que la lucha feminista no puede separarse ni de las mujeres trans ni de asuntos políticos como la migración, los feminicidios y los crímenes de Estado. Marta Lamas, en un ensayo titulado El acoso y el #MeToo, hace un recuento del debate que suscitó en las redes sociales este hashtag, y contribuye a la reflexión sobre los límites del hostigamiento sexual. El académico y activista trans Paul B. Preciado explica cómo la idea de nación es algo tan impositivo como los géneros binarios, mientras que en un ensayo muy personal Sandra Lorenzano nos habla de la identidad sexual que se ha forjado a lo largo de su vida. ¿Y el hombre heterosexual cómo se siente en este amplio panorama? Hubiéramos considerado incompleta esta edición de no haber incluido las voces de dos escritores heterosexuales dispuestos a hablar de ello, a pesar de lo intimidante que podía resultarles el contexto.
¿Cómo aprender a mirar al otro sin miedo y con una apertura suficiente para descubrir quién es en realidad? ¿Cómo esquivar los prejuicios que nos impiden ver el mundo sin las barreras y los corséts de los grupos más conservadores? ¿Cómo aprender a vivir respetando las diferencias? Si algo nos dejaron claro los autores de este número es que la cuestión de género no es sólo un asunto de especialistas, sino una experiencia íntima y cotidiana que nos atañe a todos. Se trata de entrenarse a ver lo implícito en el día a día, a detectar los mensajes y los mandatos de la sociedad, ese camión de bomberos y esa muñeca que nos adjudican en cuanto nos descuidamos; aprender a liberarnos de ellos cuando lo consideremos necesario.
La cuestión del género y las preguntas que suscita asustan particularmente porque ponen el dedo en la llaga de nuestra propia identidad. Por eso, querido lector, te recomendamos que al abrir este número respires hondo, abandones tus prejuicios al menos por un momento, y te abras a la experiencia humana con todo lo que tiene de conmovedora, de extraña y de fascinante.