Una interrogación atraviesa todo el libro. ¿Qué es el psicoanálisis sin la vivencia de la intimidad? Ese hilo; esta trama; ese relámpago ¿está ligado a la tranferencia? ¿A la experiencia de un análisis? ¿Cómo? ¿Desde cuándo? Gabriela Pedrotti insiste en no caer en las lógicas del sentido, segura de que dicho debe pasar, acontecer de otro modo. Por eso su recurso a un decir poético, escanciado, la aparta de cerrar el tema. Es un continuo paisaje en movimieto, con referencias y estaciones en problemas cruciales que interesan al psicoanálisis: el sinthome, la formación del analista, su deseo; y otros más originales como la desesperación, el asombro, el instante... Pero este libro es además un elogio de la escritura, de la poesía y de la feminidad. Porque escribe la diferencia, complejiza el amor y el horror, y realiza su juego ppor un lenguaje de que el lector estará agradeciso, una vez que pueda apropiárselo. Esa es su apuesta.
Nicolás Cerruti