En el año 2001 se presentó al congreso de Estados Unidos una inciativa de ley conocida como DREAM Act. Su objectivo: Regularizar la situación legal de más de un millón de inmigrantes indocumentados que ingresaron al país cuando eran menores de edad y se enfrentan ahora al fantasma de la deportación, a no poder continuar sus estudios, a quedarse sin personalidad jurídica. Bajo organizaciones activistas como United We Dream, National Immigration Youth Alliance y Dreamactivists, estos jóvenes de origen latinoamericano o asiático, pero que sólo recuerdan su vida en la Unión Americana, se han dedicado a hacer pública una de las aristas más complicadas del problema migratorio: Qué hacer con quienes eran menores cuando ingresaron ilegalmente a ese país, aquellos en cuya educación ha invertido el Estado, que incluso han servido en las fuerzas armadas y se quedarán sin los derechos propios de la ciudadanía.