La tragedia griega Antígona, escrita por el poeta Sófocles en 441 a.C., cuenta cómo Antígona, en un acto de dolor, rabia y protesta, desobedeció el edicto de Creonte, el gobernante, quien prohibió los ritos fúnebres para su hermano Polinice. Esta obra, por su cualidad atemporal y su capacidad de actualización, ha permitido releer algunos de los momentos coyunturales de mayor tensión e injusticia del activismo feminista contemporáneo. En este texto, la autora recupera la figura de Antígona y la extrapola a las protestas feministas ocurridas en los últimos años en el espacio público y universitario. Así, por una parte, reflexiona sobre cómo la rabia ha demostrado ser una fuerza primordial que ayuda a transitar el dolor y a entenderlo como una necesidad política; y por otro lado, cuestiona los usos, límites y riesgos de la rabia en el accionar político feminista.