A través de su propia experiencia, Stella nos relata el trayecto insurrecto de una generación de militantes en la Italia de los años setenta que, convencida de la necesidad de una transformación radical de la realidad, participó de la vía armada como un aspecto más de la denominada autonomia operaia.
En la región de Véneto, al calor de los centros sociales y las radios libres, cuajó a partir de 1976 un ciclo de luchas que alcanzaría su máxima expresión entre 1977 y 1978. Simultáneamente, la magistratura construía «el teorema Calogero» (que tomó el nombre de un juez afiliado al PCI), criminalización sistemática basada en la «teoría del entorno», que supuso la persecución, encarcelamiento y el exilio masivo de cientos de personas, y cuyas consecuencias aún perviven hoy.
Esta crónica trasciende el relato autobiográfico. Las muertes de Alberto, Ángelo y Antonietta durante la explosión accidental del artefacto que manipulaban, y el suicidio de Lorenzo en una celda de aislamiento de la prisión de Verona, evocan la batalla terrible y desigual respecto al Estado plomizo, la confrontación con las leyes de excepción, la cárcel, el exilio y las pérdidas personales irreparables.
Stella elabora así una robusta reflexión sobre un pasado en que se luchó para un cambio radical, en pos de un presente diferente al funesto berlusconismo actual y al poder de los herederos del fascismo, que se erige sobre la historia de los vencedores. Aquí el autor nos cuenta otra historia.