Tras la muerte de Elena, su esposa, el protagonista de Desastres naturales emprende una cartografía del dolor: traza su cuerpo fragmentado sobre el mapa de México, superponiendo su ausencia con huracanes, inundaciones y terremotos. En cada línea se revelan los escombros de su relación: el deseo, la traición, la culpa y una obsesión que lo devora.