El trabajo de Paulo Tavares explora el potencial de la arqueología de la imagen y el trabajo de campo junto a comunidades para revelar y reconstruir procesos históricos de violencia contra poblaciones (humanas y no humanas) y el medioambiente. En un recorrido que va desde las expropiaciones de comunidades indígenas en los bosques amazónicos hasta los vertidos de petróleo en el Golfo de México, este conjunto de ensayos desvela la capacidad de los nuevos (y viejos) medios para responder a los discursos oficiales de la colonización y la violencia política y nos invita a construir nuevos marcos conceptuales y jurídicos con los que proteger los ecosistemas y otras entidades no humanas frente a la aceleración y la extracción masiva de recursos propias del mundo contemporáneo.
Hacer un uso subversivo de las tecnologi´as existentes, actuando en colectivos multidisciplinares que se juntan en torno a un objetivo comu´n para disolverse despue´s, es lo que hace la oficina de abogaci´a pu´blica creada por Tavares para trabaja en la interseccio´n de espacio, medios y derechos. (
) Esta es la arquitectura como abogaci´a que defiende. Ahi´ se elaboran los informes te´cnicos que, mediante las te´cnicas del disen~o, el urbanismo o la arquitectura, se utilizan en la defensa de derechos indi´genas. Fotografi´as, datos satelitales, datacio´n de semillas, ana´lisis de suelos y vegetacio´n sirven como documentos forenses para mostrar la ocupacio´n ancestral de esos enclaves y desmentir su calificacio´n como terra nullius, el supuesto vaci´o demogra´fico que justifico´ las campan~as de colonizacio´n de la Amazonia a partir de la segunda mitad del siglo XX