La formación de las comunidades políticas que vivieron procesos históricos de conquista, ha partido de autoritarias visiones, donde en mayor o menor medida no han tenido cabida los pueblos originarios. El libro, desde la perspectiva de los derechos humanos colectivos indígenas, revisa críticamente las formas constitucionales con las que se edificó el Estado mexicano posrevolucionario y, establece parámetros que debe considerar la (re)construcción de esas prerrogativas con base en el pluralismo jurídico y el paradigma del Estado Constitucional.