Un texto que reúne dos tradiciones historiográficas: la que se remonta a las obras esenciales de Edmundo O'Gorman y la que inauguran los trabajos de Michel de Certeau y Marcel Detienne. Su propósito es mostrar que la épica que propició Cristóbal Colón no puede ni debe ser entendida como un descubrimiento, y mucho menos como un encuentro, sino como un sinuoso y complejo proceso de invención de un mundo nuevo en el imaginario europeo del siglo XVI.