Un acercamiento inédito e íntimo a la etapa de madurez de Luis Buñuel: la escritura y creación de Belle de jour y su resurrección como cineasta. «La película erótica más conocida de la época moderna, quizás la mejor». Roger Ebert, Chicago Sun-Times Fermín Solís revisita el icono universal de la mano del Luis Buñuel Film Institute Un acercamiento insólito a la etapa de madurez de Luis Buñuel y a su resurrección como cineasta. Esto ocurre a tres bandas entre Madrid, París y México, durante cinco semanas, a mediados de los años sesenta. Si miramos un poco más de cerca, vamos a asistir a la segunda colaboración entre Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière, en un momento en el que la mitad del mundo del cine daba por acabado al genio aragonés y la otra mitad lo daba por muerto. Ambos están enfrascados en la escritura del guion de Belle de jour , intentan adaptar la novela homónima del escritor de entreguerras Joseph Kessel, un proyecto maldito que ya ha pasado por las manos de varios directores, guionistas y productores. Buñuel sufre una profunda crisis creativa y vital, y Carrière ve como peligra su incipiente carrera cinematográfica a la vez que su matrimonio se desmorona. A veces, para salir de un embrollo, hay que asociarse con los personajes más inesperados.