He dormido muy mal. Decepción: nada, ninguna carta. Me asombra realmente que no llegue nada. ¡Bueno, paciencia! Ahora ya me he acostumbrado algo a este país. Me resulta más soportable. Charleville se me antoja un delicioso lugar muy lejano. Hasta me parece que lo tengo un poco olvidado. ¡Ah, no! Eso no puede ser: soy fiel a mis afectos y me daría vergüenza olvidar mi patria.