«Guinea, la narradora con sus relaciones rotas, sus recuerdos plagados de asco y el deseo de aplastar los olores de una casa podrida y macabra tendrá que buscar la luminosidad de no hacerse más daño y poder gritar, romper, quemar, denunciar. Con esta novela, Santaolalla se atreve a nombrar lo que hemos callado y a proyectar, en un muro, el teatro de lo oscuro y lo macabro.» -Karina Sosa En la casa nueva de Guinea, las paredes están tapadas con espejos de piso a techo; las cortinas, casi siempre cerradas, y los cuartos apestan a jabón y a desinfectante con olor a pino. El nuevo papá de Guinea se unta tantos aromas que a ella le pic a la nariz cuando él se le acerca; y odia la luz, igual que los vampiros. Este papá vampiro dice ser sonámbulo y pasael tiempo rondando a Guinea. Nadie más parece notar que es un vampiro, salvo su nuevo hermano mayor, Pascual, quien le cuenta historias para dar sentido a lo que no se puede entender. Mientras todo pasa, Guinea se refugia en un jardín, enorme y secreto, hab itado por conejas y cubierto de niebla. Ahí, el tiempo pasa más rápido, y ella aprende que debe quedarse quieta, en silencio, casi sin respirar. Una novela que recorre los espacios familiares que se fijan en la memoria por su naturaleza ominosa. Ximena Santaolalla, ganadora del premio Mauricio Achar-Random House 2021, nos entrega en esta, su segunda novela, una historia donde el juego es la traza del horror más íntimo, doméstico.