Cuando la casa nos cae encima, llega la reconstrucción de los hechos y las Suturas sobre estructuras dañadas, cuando es imposible deshacernos de los escombros. En tres momentos y tres puntadas, Magdalena López, nos muestra el alma que la habita, que la sostiene, y que a su vez, la sacude una y otra vez con movimientos telúricos que dan paso a su poesía: La casa es una presencia que germina Y la ausencia es tan sólo una presencia que germina, es el alma y sus cimientos que se levantan a través de sus versos: Esta que soy será apenas un pedazo de lo que hubiera sido, la casa no es su cuerpo físico, la casa es ese ser que se permite ser pese a los cimientos, es el alma que se rebela con sus letras y reconstruye la casa.