La naturaleza nos rodea, nos habla, llena de signos y misterios nuestra mirada; y solemos no descifrarla, no atender su voz, perdidos como estamos en la marea oscura de la velocidad contemporánea y el alud de la rutina. En Solastalgia la escritura rescata los momentos en que dos potencias se unen: el paisaje con su voz milenaria y los seres humanos que lo habitan y, en un instante luminoso, se reconocen en esa trama de vida ajena y plural, grandiosa y potente. En estas páginas desfilan escenas de viaje y descanso, donde una madre mira a su hijo que descubre en su sombra una fuente de alegría, y donde los árboles se constituyen en esfinges que nos enfrentan a nuestra limitada humanidad. La poesía de Tanya Huntington se revela fresca y apacible como el mar que nos cuenta, y despliega una escritura que se deja cobijar por la vida que el mundo nos ofrece.