Angelina Beloff, exiliada rusa, pintora incipiente, escribe desde el gris, el frío y la pobreza del París de posguerra, a Diego Rivera, su compañero durante diez años, a quien no ha podido seguir en su regreso a México. Angelina Beloff escribe cartas amargas que el pintor no responde. Una mujer fina y suave es atraída hacia una experiencia de libertad, soledad y creación en que las fuerzas faltan y hay que inventarlo todo. Es la posguerra, la emancipación de las mujeres, las formas rotas: no hay modelos. Elena Poniatowska ha recreado, en estas cartas imaginarias, el testimonio entrañable de una artista y amante en la encricijada del tiempo nuevo.