En Oro del viento todo parece llevarnos a los poderes primigenios: el amor es el lenguaje entre dos cuerpos, los animales son salvajes, indomables, el mundo natural se expresa con la milenaria voz de sus cuatro elementos. Su búsqueda siempre apunta (aunque a veces no lo sepa) hacia la divinidad, hacia el mito fundador. Volkow se conecta de manera natural con esas fuentes, y sólo una presencia intermedia entre su deseo y lo deseado: la del lenguaje, y es justamente en ese lugar de enlace puro donde nace el cántico que este libro es.