¨En Nativa la casa se configura desde distintos ámbitos de la memoria y sus textos se despliegan a partir de diversas emociones. En ese periplo que se traza a lo largo del libro, al final la palabra misma se va tornando en terruño desasido, en morada despojada de paredes, tachada de lo innecesario.¨ Eleonora Requena