Inspirado en una historia real. La protagonista conoce una fuerza preternatural en el cementerio y no es hasta que nota que este ente busca comunicarse con ella a través de su cuerpo que ella deduce que ha sido poseída.
La historia comienza en cuanto la protagonista cae dormida, su primer encuentro con el fantasma deja en ella una sensación de temor, singularidad que no la abordarán en su presencia.
Cuando se confunde el sueño con la realidad la protagonista termina trabajando en los trenes de la ranura, el espacio que divide los escenarios de sueños, y descubre estos mundos entrelazados, encuentra el amor de pareja y el amor de madre, sufre pérdidas significativas y descubre la fuerza de su voluntad. Esta historia explora qué tan fácil es confundir los sueños de la realidad y cómo estos pueden entrelazarse como un telar de experiencia.
Todo indica que la protagonista, en su máximo potencial puede convertirse en la persona más poderosa de su sueño, pero eso no es asegurado ni eterno pues hay algo dentro de ella que siempre va a representa una amenaza, una idealización de la perfección personificada, que representa un problema para la protagonista incluso después de haber salido de esa dimensión interna, incluso despierta.