¿Cómo inciden en el presente los pasados que nos habitan, incluso aquellos de los que no tenemos conocimiento alguno? Malacría, la estupenda primera novela de Elisa Díaz Castelo, indaga en estos terrenos a través de la historia intergeneracional de tres mujeres y el hilo de violencia que las atraviesa.
Una mañana, después de darle de comer a los perros,la madre de Ele sale de su casa y no vuelve. Horas más tarde, la joven Ele y Jeni, la pareja de su madre, emprenden la búsqueda en compañía de Valeriana, una entrañable perra que se convierte en un personaje protagónico de la historia. Conforme rastrean las pistas que la ausente va dejando como piezas de un rompecabezas incompleto, el pasado múltiple de la familia aparece y re- aparece diseminado en pequeños fragmentos textuales. A través de estas ventanas hacia la realidad y el mundo interior de las protagonistas, Malacría funciona también como un pequeño fresco de la experiencia femenina en la sociedad mexicana del siglo XX y los albores del XXI.
A la manera de las tragedias clásicas, en esta historia intergeneracional se plantea un interrogante: ¿no es aquello que pareciera protegernos de revivir el trauma lo que termina por alojarnos precisamente en él?