La lectura es un acto que ocurre en múltiples dimensiones que oscilan entre el abordaje lúdico plenamente imaginativo y el complejo desarrollo de la interpretación crítica. El presente ensayo emprende una revisión en torno a un texto clásico de la literatura universal, Las mil y una noches, con la intención de arrojar luz sobre el acto de leer y sus posibilidades emancipadoras. Partiendo de una reflexión sobre la manera en que dicha recopilación de cuentos orientales ha sido disfrutada, abordada y comprendida por generaciones de lectoras y lectores, la autora propone la incorporación de la conciencia de género como un elemento indispensable para dotar al acto de leer de una dimensión política que revele la opción de cuestionar las narrativas emanadas desde la perspectiva hegemónica. La posibilidad de hacer de la narrativa, particularmente de la ficción, un dispositivo que permita reconocer cómo es que las historias han sido contadas e interpretadas genera un terreno propicio para fraguar nuevos discursos que permitan encontrar voces de dignidad, justicia, agencia y liberación.