La herencia del general es más que una novela histórica. Es también el registro de una mirada capaz de captar el minucioso tejido, a menudo estremecedor, de las relaciones humanas dentro del pequeño cosmos de una familia. El pequeño Andrés, heredero del trono del desaparecido patriarca, se ve apremiado a crecer por las mujeres que le rodean, ansiosas de su protección masculina. El protagonista intenta romper las cadenas con su madre, la abuela y la tía en repetidas ocasiones. Entonces aparece Laura, cuya sensibilidad es sinónimo de vida. Al igual que Manuel de dos siglos, esta segunda entrega de la saga es un retrato fiel de México de mediados del siglo XX y de las relaciones en una sociedad patriarcal.