Dado que el hombre es una unidad, las diversas manifestaciones de su intencionalidad se complican, de tal modo que no se puede hablar de un dinamismo sin mencionar a los demás. Las reflexiones que se presentan, al relacionar la experiencia estética con los citados dinamismos, se complementan unas con otras y no existe entre ellas una línea divisoria tajante, precisamente porque el arte es manifestación de esta unidad compleja que es el ser humano.