Isabel de los Ángeles Ruano no escribe si sabe que su verso no será fuego, no escribe si sabe que su verso no anulará el tiempo, no escribe si sabe que su verso no tiene la capacidad de nombrar lo que el aire toca del mundo. Su escritura desborda imaginación, pensamiento, intuición, un lenguaje preciso y sobre todo ritmo, pues es consciente, desde sus inicios, de habitar en la delgada línea que divide la poesía del canto. La lectura de esta poeta guatemalteca es esencial para tener un panorama más completo de la delirante poesía latinoamericana.