La existencia a contracorriente de Laurette Séjourné estuvo atravesada por los grandes vendavales del siglo XX. Italiana-francesa, se formó en el ciné-liberté de Cartier-Bresson, convivió con los surrealistas, fue amiga de Breton, Péret, Leonora Carrington, Victor Brauner y compañera de Víctor Serge, con quienes entrelazó de manera definitiva el arte. La emancipación y la insurrección. Como ellos, debió escapar de la Europa ocupada por el facismo. Arribó al México de los años cincuenta con ese bagaje y se volcó en el estudio de las culturas originarias, recorrió los universos encantados de Oaxaca, se convirtió en arqueóloga y visitó Monte Alban con Alfonso Caso, se afianzó con Alberto Ruz en Palenque y ella misma lideró las excavacioones dominantes.