En este libro, como señala Binetti, se reconocen las muchas formas de ser de Kierkegaard: teólogo, psicólogo, crítico de arte, periodista, panfletario agitador, pero, sobre todo, es el gran filósofo del espíritu singular, el idealista. Este libro pretende explicar cómo es que Kierkegaard es no sólo un idealista de lo singular, sino también de lo absoluto.