La crisis medioambiental ha perturbado la vida del ser humano y todas sus actividades. La teología no se ha interesado en esta cuestión hasta recientemente, y ha respondido a los reproches que le han sido dirigidos con una teología de la creación renovada. En estas páginas se aborda lo que Panikkar llamó la ?intuición cosmoteándrica?, que establece una relación estrecha y constitutiva entre Dios, el Hombre y el Mundo. Esta intuición implica prestar una atención particular a la sabiduría, pues es solo a través de una transformación radical del ser humano, y no de la tecnología, donde se producirá el cambio. Es necesario que la ecología camine al lado de la ecosofía. En este contexto, conviene que el ser humano cultive las virtudes que le permitirán reencontrar la relación con las otras dimensiones de la realidad. En esta obra se desarrolla como prolongación del pensamiento de Panikkar y ofrece una nueva aproximación que contiene dos corolarios fundamentales: una ética y una teología política ecosóficas.