AA.VV
Los muros corroídos de arquitecturas en ruinas, jaspeados de salitre, en Chile, Argentina, Colombia, Perú, Cuba, México, cargan el lastre del tiempo y de la reivindicación política
Las piedras arrancadas a las civilizaciones antiguas, despojadas de su policromía, edificaron la utopía modernista, pero ni los fantasmas urbanos ni las revoluciones salvaron a América Latina perdida en el abismo de la violencia.
La primera revolución del siglo XX, en México, se desvirtúa en la dictablanda del Partido Revolucionario Institucional. Unas décadas después, las esperanzas de la revolución cubana naufragan en la desilusión. En otras partes del continente, las tentativas democráticas son arrasadas por la dictadura o la guerra civil. La economía informal se nutre del narcotráfico que financia las guerrillas y penetra hasta en los aparatos de Estado.
Estas fotografías, a veces raspadas, recortadas, rayoneadas, habitadas por las desgarraduras de un continente, delinean la anatomía de un paisaje torturado.