Autos que se queman acaso sea no solo un conjunto de cuentos, sino una misma historia
que se desenvuelve a través de una serie de personajes la escritora, la paciente, la
migrante, la profesora, el estudiante con identidades cambiantes y en constante
metamorfosis. Una mujer escribe discursos para presidentes autoritarios mientras recuerda
su banda punk feminista y las violencias que la desmembraron. Una marxista entregada al
poder se saca su cabeza como último acto poético. Con un amplio rango formal, desde las
narrativas lineales, lo fantástico, la distopía y la composición simultánea, Mónica-Ramón
Ríos nos permite atisbar la vida de mujeres y migrantes localizadas entre la zona central de
Chile, Nueva York, Nueva Jersey y el entremedio, para así tramar las historias de quienes
se oponen a su subyugación a través del arte y el deseo.
Fragmento: En el listado de apellidos que cantó salieron nombres españoles, sus
deformaciones criollas y su ascendencia árabe, pero nada que indicara una filiación con los
habitantes de los barrios rusos, polacos o checos entre los que pasaba desapercibida. Pero
hay cosas que no tienen remedio. El apellido con tilde. El color de los ojos. Cierta
intolerancia al frío. Imposible quitarse el sur de encima. Al mismo tiempo iba creciendo
una semilla. ¿Cómo puede identificarse por completo con quienes no dudan en matar a
cualquier otro? Ahora va en una nueva búsqueda, pues. Al ni aquí ni allá. Al no ser de
ninguna parte más que del lugar donde halle este cuaderno y este lápiz.